Un cuento... o mini novela, no se. La cosa es que una amiga me pidio que le hiciera un cuento, y aquí está lo que hice:
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'Un cuento para la Clo'
por Luis Ojeda
Sucedió en viña del mar. Un día común y corriente, un muchacho se acerca en su auto, un charade rojo, a una estación de servicio a cargar combustible. Aprovecha que es Jueves, puesto que justo esa semana la bencina ha bajado de precio. Y estando a una cuadra se percata de la cola para entrar. Una cola bastante larga para Alejandro como para que se decidiera por buscarse otro lugar donde cargar combustible, ya que como universitario tiene muchas cosas por hacer y no tiene tiempo para estar esperando tanto tiempo. Esta decisión nunca la debió haber tomado…
Al cambiar de rumbo, en busca de otro surtidor, se le vino a la luz un recuerdo. Algo o alguien que había dejado de lado y no había visto de hace bastante tiempo, y que con todos los asuntos de su vida, tales como el estudio, y hacer la práctica, habia olvidado. Sabe que es importante, o por lo menos lo fue hace tiempo, pero no sabe que era, o que fue. Luego de conducir 3 a 4 cuadras después de sentir ello, no le toma importancia y sigue su camino, pero queda con la duda.
Llega a la siguiente bencinera. Y como mal de males, la cola es mucho más larga que la de antes. Y de llegar a la más próxima gastará más bencina de lo que gastaría si volviese a casa e intentase mañana. Por lo que mejor vuelve a su casa a dejar el auto y a tomar micro. Más lento, pero es lo que hay.
Estando en la micro, yendo de pie, mira el mar a través de la ventana, en la avenida España, y llegan a su memoria su infancia vivida, todas aquellas emociones de púber. Pero al recordar, siente que hay un vacío, que algo falta en todos sus recuerdos. Y no sabe qué es, pero se percata que ello no lo ha visto hace tiempo. Cuando despierta de sus pensamientos y se da cuenta que se pasó de paradero. Se baja de la micro y piensa “no viajo más en micro, hace que me desconcentre de lo que tengo que hacer”.
Se revisa los bolsillos para buscar plata para la micro, pero con sus dedos dibuja los bordes del hoyo del bolsillo del pantalón donde había echado las monedas antes de salir de su casa. Una cara de enojo, al ver que no le queda otra que caminar, “pero para dónde, si pa’ la U ya no alcanzo na’ de clases, y mi casa queda a mil horas caminando”. En ese instante mira para una residencial de enfrente, donde se arriendan habitaciones a universitarios, y de un flechazo en la cabeza, se acuerda de que aquello que no sabe, estaba en un lugar similar a esa residencial. Y tal coincidencia, que se acuerda hasta del número, el cual coincidía con el que veía enfrente. “y ya que no me queda otra, voy a ver qué onda, pa' cachar si se me quita está weá de una”.
Entra a la residencial y se encuentra con la dueña, la cual lo recibe amablemente, y le pregunta por su nombre, luego el replica, y ella responde “Guillermina Contreras, para servirle”. “Guillermina Contreras…”, queda pensando, mientras la dueña insiste en hacerlo pasar a ver sus habitaciones, mientras el muchacho se queda impertérrito al ver un cuadro, donde aparece una joven hermosa, de aquellas que sólo te encuentras en las playas de Reñaca, en verano, vestida de jeans y una polera que solo él ha reconocido.
La dueña ve que Alejandro se queda inmóvil ante la pared de recuerdos, a lo que ella le mete conversa y le explica que en esa pared están las fotos de todos aquellos quienes han estado en esta residencial. “Joven, ¿le pasa algo?” pregunta un tanto asustada al no tener respuesta de él. Pero tal parece que Alejandro ha entrado en un estado de trance.
De repente, gira su cabeza a la derecha, donde está la cocina, y se encuentra con la chica de la foto, discutiendo con alguien a quien no puede ver. Ella le dice “¡pero mi amor!”, “Nada de peros acá, de esto ya lo habíamos conversado ya”, él replica. “Es que te lo juro que quise cambiar…” dice ella, a lo que él contesta “¡Pero no lo hiciste! Mira, si algo me carga, y tu bien sabes, es la gente que no cumple sus promesas, y tu me has vuelto a fallar por segunda vez!”. “Es que mi amor…” trata de controlarlo, pero él insiste: “¡Nada de mi amor acá!...”, Del susto, ella salta y le pega a una perilla del quemador sin darse cuenta. Y de la rabia, al parecer él estaba fumando, trata de lanzar el cigarro ya acabado a un tiesto para los puchos que estaba cerca, pero no le achunta y cae sobre la cocina, a lo cual una fuerte llamarada se expande y de un momento a otro se enciende la habitación entera, y un pedazo de madera cae del segundo piso, cortándole el paso a ella. Alejandro, aterrado, se incorpora y trata de alcanzar a la muchacha para sacarla de ahí, pero al intentar tomarla, desaparece y queda solo entre las llamas, y mira a su izquierda y se encuentra con algo conocido, un cuerpo familiar, que arranca de las llamas por la otra puerta, olvidado de la otra muchacha. En cierto instante mira para atrás. Alejandro, que lo sigue mirando, cruza su mirada con él y se queda perplejo. Se da cuenta que es él mismo quien escapa de las llamas. Y mientras se queda mirando, el otro devuelve su mirada hacia delante y sigue arrancando, y de repente tropieza con unas cosas del piso y se le empieza a quemar el brazo derecho y luego toda su parte derecha. Mientras, Alejandro escapa por donde mismo entró y se desmaya a metros de salir de allí, quedando solo, tumbado en el piso, asfixiándose con los nocivos gases…
De golpe despierta Alejandro. Mira a su derecha: 7 AM, “otro día más de U” se dice a si mismo. Se levanta, mira su foto con su segunda polola, le da un beso de buenos días, y a la ducha. La rutina: lavarse bien, sobre todo el brazo derecho, donde tiene que lavarse bien donde tiene las cicatrices de quemaduras.
Toma desayuno, arregla sus cosas, se sube al auto y, como ha bajado la bencina, busca la primera estación de servicio para cargar combustible. Llega a ella y nota una larga cola para cargar, a lo que decide ir al otro servicentro. En eso, algo lo molesta, algo le dice que tuvo que haber esperado la cola. Pero no le toma importancia, porque la U y sus asuntos son más importantes que esperar a cargar.
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....Me deben una chela por esto....
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