lunes, 9 de noviembre de 2009

Por un momento fui feliz (Lanza!)

Por un momento fui feliz
dos dias en uno
loco estoy, mas ninguno
mas ninguo como yo es feliz

cuarenta horas en veinte
una semana de seis días
los dos ya cumplimos los veinte
y una tercera, de cumple, es su día

Por más malo, como lo dice la gente
un lanzaso abre puertas con las llaves
robadas del bolso negro, con los lentes
cambiando el pensar, ¿como lo ves?

Otras oportunidades salen a la luz:
conocer más su ciudad,
caminar con el frio nocturno, empapados,
conocer su morada,
caminar a las casas de conocidos.

Hasta no saberse los números
sirve para probar el tofu
uno, dos, tres, ¿qué sigue?
esa niña más parece de seis.

Jugamos, reimos, charlamos
caminamos, contamos, anecdotamos
comemos, bebemos, paramos
palabras, palabras, palabras
un beso, ¿qué más da?

Subimos a la punta del cerro
y mas alla sobre un torreon
buscando su casa entre esos cementosos cerros
y más alla del costero cordón

Una plaza, un descanso
dormitamos, nos besamos
dice mi nombre, le digo "dime"
le sigo el juego, sigo divirtiéndome

Otra plaza, un pasto
juegos, niños, más pasto
luego una lágrima, que triste pasto
y una rabia, malo el pasto

Lejos de casa, busco techo
de su casa yo mismo me echo
irrespetuso ha de ser
quien entre sin conocer
al dueño de ese techo
que tu durmiendo quieres ver

Pregunto a Santiago
responden backgammon hasta las tres
y comiendo un entremés
al teatro algo le hago

Despierto a las nueve
luego a las diez
números otra vez
asi el mundo se mueve

Planeo ir a su casa
me pasé y me bajé
y otra vez caminé
mientras otra micro pasa

Comisaría, denuncia
verdes, placas, hojas, carpetas
dos computadores y el sargento toma nota
"me han asaltado!" dice la otra.

Cigarro tras cigarro
capeando los nervios
es su pololo el que viene corriendo
soy su amigo, yo la quiero.

Luis Ojeda
09/11/2009

PD: fin de semana cuatico, con un final de locos! saludos a Santiago, todos se portaron excelente con el lucho, gracias =D

viernes, 6 de noviembre de 2009

Otro sueño de la vida

Estaba en una playa, junto a un gran amigo de la vida, disfrutando del sol y el agua, junto a otros amigos de él. Uno de ellos comenta que existen unas redes para evitar que tiburones entren a la zona de recreación d los humanos.

Estaba a punto de entrar a nadar, cuando alguien desde lo más lejos en el agua hace un gesto de ayuda, de auxilio, y vemos que es arrastrado hacia abajo. Todos los salvavidas empiezan a tocar su pito “priiiip” mientras la gente asustada se aleja de la orilla, mirando cómo su amigo se desaparece en el mar y vuelve a aparecer. Uno de los salvavidas, valientemente, se mete al agua en busca de él. Llega a él, se sumerge por alrededor de un minuto bajo el agua, se ve en la superficie mucho movimiento en el mar. Hasta que vuelve a aparecer el salvavidas, pero vuelve solo, tranquilamente, porque él sabe la triste noticia.

Se reencuentra en la playa junto a los amigos de mi amigo. Les comenta lo sucedido: “por alguna extraña razón, alguien o algo rompió las redes que evita que los tiburones lleguen al lugar donde se permite bañar. Uno de ellos entró, y encontró a su amigo, que estaba muy cerca de la malla. Lo siento…”, y se marcha sin más, apenado por no haber podido hacer algo para salvar su vida.

En eso, uno de sus amigos, se va a llorar atrás de unas cabañas, acompañado de una amiga. Yo por mientras, trataba de subir el ánimo a los demás, aunque difícil tarea pues no conocía mucho a este personaje, ni hasta el día de hoy creo recordar su nombre.

Entramos a la cabaña, y el amigo que se había puesto a llorar un instante atrás llega hasta mí, y me increpa diciendo que todo es mi culpa, que cada vez que estoy ahí siempre arruino todo y lo echo a perder. Me hizo recordar situaciones anteriores en que tal cosa era verdad. Fui retrocediendo hasta que encontré la puerta de calle, y salí corriendo de esa casa.

Luego de pasar por enfrente de 4 casas, me detuve, vi a mi alrededor por si me encontraba con alguien, para luego reincorporarme y caminar unas cuantas casas más lejos. Me detuve en un lugar que me parecía familiar. Tenía un cartel afuera de la puerta, pero no recuerdo lo que decía. Entré sin golpear, y dentro de la casa había un bar oculto, de esos que son una especie de club social clandestino. El humo ocultaba todas las diversas imágenes que se podrían encontrar en esos antros.

Recuerdo haberme encontrado con un amigo, le dije que fuéramos a comprar algo para tomar. Luego de eso no recuerdo nada más, hasta que sentí un remezón en mi cuerpo, producto del frío de la madrugada tal vez.

Vi mi reloj, eran las 5 y tanto de la mañana y volvía en mí. Estaba con un profesor de mi Universidad caminando por la calle Condell, dirigiéndome a mi casa, conversando sobre la gente y la vida, sobre religión y moral, sobre un montón de cosas que te hacen pensar y que piensas sólo a esas horas de la mañana, las típicas “voladas”.

Llevaba una mochila en mi espalda, pesaba. Creí haberme olvidado de lo que tenía dentro, así que la abrí y me encontré con 3 botellas de cerveza Austral. Mientras, mi profesor decía: “de las otras botellas, unas se rompieron en tu cabeza, y otras las guardé en mi auto apenas salimos del local”. No le di mucha importancia.

Continuábamos caminando, seguíamos charlando, él contándome sus experiencias, yo mis ideales. Me dijo que no tenía donde quedarse, y le di albergue en mi casa, en mi pieza. “Yo duermo en el camarote de arriba y tu en el de abajo” le dije.

Mientras me acostaba, le pregunté “¿y como fue que llegamos a esto?”. Me responde un “no lo sé”. Pienso para mí: “que extraña esta situación. A ver, haré una prueba”. Recordé que en la tele la gente cuando quiere probar si está soñando o está despierto, se peñisca, cosa que hice y me dolió tanto que por ese dolor desperté.

-Lucius Jitha-
Octubre del 2009

PD: de a poco le he ido encontrando algunos significados a este sueño...

sábado, 31 de octubre de 2009

Aguas

Me di un baño de agua hirivendo
la vitalidad incendiaba mi cuerpo
dejando llagas por toda la piel
cicatrices, del infierno, muestra fiel

Me sequé con una toalla cualquiera
más que secar, raspaba la piel seca
dolía más que un golpe en sabes donde
es que lijaba los nervios y dolia enorme

Caminé descalzo, pisando las brasas
que rico un asado, mas no de mis patas
corría en puntas, desesperado
casi a mi pieza desde el baño había llegado

Me vestí con la típica ropa
un chaleco de lana, unos calcetines de lana
un pantalón de lana, unos botines de lana
soy alérgico a la lana
cuerpo arde, pica, rasca, dolor, sopor,
de alcohol, por favor una copa.

Comí algo, un café hirviendo
para variar, ahora la lengua me quemo
no siento nada, sólo como y bebo
por lo menos nutre, o eso espero

Preparo mi mochila diara:
unas piedras, un pan duro,
más piedras, agua destilada,
unas rocas, un libro de geometría cuatridimensional de los cubos cúbicos en un espacio indeterminadamente finito que a veces hasta para Dios es difícil de entender
más rocas y el mp3 con música del clarinete de calamardo

Abro mi negra puerta, cojo el negro paraguas
una negra lluvia y camino porque me empujas
a veces corro, a veces me detengo
alguien roba mi paraguas, no lo tengo

Una transparente lluvia alegró mi día
fue como un balde de agua fría
desperté de la tortura
ya nada me dolía

Luis Ojeda
30/10/2009

jueves, 15 de octubre de 2009

Tristeza

Este es un amor de tres
tu, yo y la distancia con los pies
solo nos vimos una vez
solo por red me ves

Este es un amor de lejos
celular, computador, muchos espejos
es que esta era une hasta a los viejos
es que contigo vivir hasta viejos

Este es un amor de locos
hombre, mujer y un par de manicomios
ya ves, se escuchan unos socorros
ya ves, gritan unos pocos

Este es un amor de ilusiones
guitarra, cuerdas y unos sones
que gritan por amores
que gritan por montones

Este es un amor de fuertes sentimientos
locura, pasión, miramientos
crean muchos movimientos
crean muchos deseos y tientos

Este es un amor que no es ilusión
muera la distancia, la lejanía, la locura
ya no quiero más pasión
ya no quiero más aventura

Esta es una tristeza
desdicha, melancolía, desanimeza
para no sufrir no se ha de ilusionar
pero algo habrá de ilusión para amar

Luis Ojeda
12/10/2009

jueves, 24 de septiembre de 2009

Los perros sí disfrutan la vida

Los perros sí disfrutan la vida

¿Has pensado por qué haces lo que haces?
¿Te has respondido que es por impulso?
¿Que es por amor?
¿que es porque tiene que ser así?
¿es acaso porque te gusta hacer lo que haces?
¿o es porque entretienes al resto y así eres feliz?

Quizás te guste ser feliz, siempre con una sonrisa
dejando todas las cosas de lado
¿para qué enojarse por pelotudeces?
¿para qué llorar por lo que no volverá?
Si tu lo quieres, puedes,
pero a veces es mejor querer que todo se quede como está.

A veces pescas una guitarra, tocas unos acordes,
te relajas, dejas de lado los problemas,
¿problemas?
dejas de lado lo que no te gusta,
lo que te entristece, lo que te atormenta.

O simplemente escuchando esa cancion que habla de sentimientos:
de amor, de odio, de esperanza, de fe
de las tonteras de la vida, esas cosas que se supone
se supone que nos diferencian d los animales...
...a veces desearia ser un perro

Quizás los perros no construyen edificios donde vivir;
quizás los perros no crean sistemas de transporte interurbano;
quizás los perros no necesitan un baño, una cocina, un hervidor, un parlante, cámaras, ropa, barcos, lápices, controles remotos, relojes, libretas, celulares, documentos, dinero;
quizas los perros sean los seres menos materialistas que existan en un centro urbano;
quizas los perros sepan, como Jesús, vivir.

¿Pensarán los perros por qué viven?
¿Por qué hacen lo que hacen?
¿que hacen las cosas por instinto, y no por tener conciencia?
¿que es porque las cosas son porque sí, porque no tienen conciencia?
¿Los perros pensaran en si tienen conciencia?
¿Acaso les importa?
¿Acaso tener respuestas a estas preguntas les hacen seres felices?

Un perro camina, un hombre camina;
un perro respira, un hombre respira;
un perro se comunica, un hombre se comunica;
un perro piensa: ¿el hombre piensa?

Pero el humano sobre el perro no piensa:
asume que el perro no piensa
porque un perro no camina como un hombre,
un perro no respira como un hombre,
un perro no se comunica como un hombre,
el perro no entiende al hombre.

¿Y qué importa el tamaño de la cabeza?
¿Qué importa el nivel intelectual de cada especie?
¿Cual es la importancia creernos el hoyo del queque?
Si al final no disfrutamos la vida, vivimos pendiente de entender nuestra cabeza

En este mismo momento, en vez de escribir,
estaria viviendo experiencias con alguien, mejor,
pero mucha gente vive ocupada en su vida, como si eso fuera mejor;
no queda más que pensar en mí y escribir.

(se supone que los perros no piensan ni escriben, ¿qué lío, no?)

Luis Ojeda
24/09/2009

PD: escrito en una ventana d la U

lunes, 21 de septiembre de 2009

Cosas que riman con feliz o que se aproxima a eso (o no riman no más...)

no hay que trozarse los huesos
ni molerlos y hacerlo polvos
para ser feliz
como una lombriz

no hay que tener una risa hilarante
gritar en vez de reir
para ser feliz
como las hienas reir

no hay que imaginarse que tienes una cola
que puedes moverla de lado a lado
para ser feliz
como un perro que mueve su cola

no hay que dejar de bañarse
harapiento ni dejar ensuciarse
para ser feliz
como un perro con pulgas vivir

no hay que andar entre volar saltando
poniendo huevos y cantando
para ser feliz
como una codorniz

no hay que decir cosas tontas
o cantar locamente
para ser feliz
como una perdiz

no hay que buscar ser abrazado
ser acariciado, placer de actriz
para ser feliz
como un gato ronroneando

ni como un matematico con su matriz
ni como un arbol tomando agua de su raiz
ni como un niño sin su institutriz
ni como una puerta con su barniz

si quieres ser feliz
no pienses como serlo
se feliz
porque feliz es viviendo

Luis Ojeda
20/09/2009


agradecimientos a la codorniz d la pau, y al diccionario del cristian

lunes, 31 de agosto de 2009

El portero del prostíbulo

Robado de Jorge Bucay (GRANDE!!)

No había en el pueblo un oficio peor visto y peor pagado que el de portero del prostíbulo. Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio. En realidad, era su puesto porque sus padres había sido portero de ese prostíbulo y también antes, el padre de su padre.
Durante décadas, el prostíbulo se pasaba de padres a hijos y la portería se pasaba de padres a hijos.
Un día, el viejo propietario murió y se hizo cargo del prostíbulo un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio.
Modificó las habitaciones y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo: "A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar una planilla semanal. Allí anotará usted la cantidad de parejas que entran día por día. A una de cada cinco, le preguntará cómo fueron atendidas y qué corregirían del lugar. Y una vez por semana, me presentará esa planilla con los comentarios que usted crea convenientes."
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
"Me encantaría satisfacerlo, señor" - balbuceó - "pero yo... yo no sé leer ni escribir."
"¡Ah! ¡Cuánto lo siento!" - Dijo el nuevo dueño - "Como usted comprenderá, yo no puedo pagar a otra persona para que haga esto y tampoco puedo esperar hasta que usted aprenda a escribir, por lo tanto..."
"Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida, también mi padre y mi abuelo..."
Pero el jóven no lo dejó terminar.
"Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Lógicamente le vamos a dar una indemnización, esto es, una cantidad de dinero para que tenga hasta que encuentre otro trabajo. Así que, lo siento. Que tenga suerte."
Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. Llegó a sí casa, por primera vez desocupado. ¿Qué podía hacer?
Recordó que a veces en el prostíbulo, cuando se rompía una cama o se arruinaba una pata de un ropero, él, con un martillo y clavos se las ingeniaba para hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta que alguien le ofreciera un empleo.
Buscó por toda la casa las herramientas que necesitaba, sólo tenía unos clavos oxidados y una tenaza mellada.
Tenía que comprar una caja de herramientas completa.
Para eso usaría una parte del dinero recibido.
En la esquina de su casa se enteró de que en su pueblo no había una ferretería, y que debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra.
¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. No había terminado de quitarse las botas cuando llamaron a la puerta de su casa. Era su vecino.
"Hola! Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme."
"Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo..."
"Bueno vecino, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano."
"Está bien." - aceptó el hombre.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta. "Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?"
"No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días de mula."
El vecino pensó y propuso: "Hagamos un trato: Yo le pagaré a usted los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?."
Realmente, esto le daba un trabajo por cuatro días...
Asi que aceptó. Volvió a montar su mula camino a la ferretería.
Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
"Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?"
"Sí.."
"Yo necesito unas herramientas, ¿sabe? Estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de viaje, y una pequeña ganancia por cada herramienta. Usted sabe, no todos podemos disponer de cuatro días para nuestras compras."
El ex - portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue.
"...No todos disponemos de cuatro días para hacer nuestras compras", recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a traer herramientas.
En el siguiente viaje decidió que arriesgaría un poco del dinero de la indemnización, trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes.
La voz empezó a correrse por el barrio y muchos vecinos decidieron dejar de viajar para hacer sus compras.
Una vez por semana, el ahora vendedor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Pronto entendió que si pudiera encontrar un lugar donde almacenar las herramientas, podría ahorrar más viajes y ganar más dinero. Así que alquiló un pequeño local.
Luego le hizo una entrada más cómoda y algunas semanas después añadió una vitrina. Así, casi sin saberlo, el local se transformó en la primer ferretería del pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, de la ferretería del pueblo vecino le enviaban sus pedidos. Después de todo, él era un buen cliente.
Con el tiempo, todos los compradores de pueblos pequeños más lejanos preferían comprar en su ferretería y ahorrarse asi dos dias de viaje.
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos.
Y luego, ¿por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.....
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas. El ex-portero acabó siendo el empresario más poderoso de la región.
Tan poderoso era, que un año para la fecha de comienzo de las clases, decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría además de leer y escribir, las artes y loas oficios más prácticos de la época.
El intendente y el alcalde organizaron una gran fiesta de inauguración de la escuela y una importante cena de agasajo para su fundador. A los postres, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad y el intendente lo abrazó y le dijo:
"Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primer hoja del libro de actas de la nueva escuela."
"El honor sería para mí" - dijo el hombre -. "Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto."
"¿Usted?" - dijo el intendente, que no alcanzaba a creerlo - "!¿Usted no sabe leer ni escribir?¡ ¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto, ¿qué hubiera hecho si hubiera sabido leer y escribir?"
"Yo se lo puedo contestar" - respondió el hombre con calma -. "Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería portero del prostíbulo."