viernes, 6 de noviembre de 2009

Otro sueño de la vida

Estaba en una playa, junto a un gran amigo de la vida, disfrutando del sol y el agua, junto a otros amigos de él. Uno de ellos comenta que existen unas redes para evitar que tiburones entren a la zona de recreación d los humanos.

Estaba a punto de entrar a nadar, cuando alguien desde lo más lejos en el agua hace un gesto de ayuda, de auxilio, y vemos que es arrastrado hacia abajo. Todos los salvavidas empiezan a tocar su pito “priiiip” mientras la gente asustada se aleja de la orilla, mirando cómo su amigo se desaparece en el mar y vuelve a aparecer. Uno de los salvavidas, valientemente, se mete al agua en busca de él. Llega a él, se sumerge por alrededor de un minuto bajo el agua, se ve en la superficie mucho movimiento en el mar. Hasta que vuelve a aparecer el salvavidas, pero vuelve solo, tranquilamente, porque él sabe la triste noticia.

Se reencuentra en la playa junto a los amigos de mi amigo. Les comenta lo sucedido: “por alguna extraña razón, alguien o algo rompió las redes que evita que los tiburones lleguen al lugar donde se permite bañar. Uno de ellos entró, y encontró a su amigo, que estaba muy cerca de la malla. Lo siento…”, y se marcha sin más, apenado por no haber podido hacer algo para salvar su vida.

En eso, uno de sus amigos, se va a llorar atrás de unas cabañas, acompañado de una amiga. Yo por mientras, trataba de subir el ánimo a los demás, aunque difícil tarea pues no conocía mucho a este personaje, ni hasta el día de hoy creo recordar su nombre.

Entramos a la cabaña, y el amigo que se había puesto a llorar un instante atrás llega hasta mí, y me increpa diciendo que todo es mi culpa, que cada vez que estoy ahí siempre arruino todo y lo echo a perder. Me hizo recordar situaciones anteriores en que tal cosa era verdad. Fui retrocediendo hasta que encontré la puerta de calle, y salí corriendo de esa casa.

Luego de pasar por enfrente de 4 casas, me detuve, vi a mi alrededor por si me encontraba con alguien, para luego reincorporarme y caminar unas cuantas casas más lejos. Me detuve en un lugar que me parecía familiar. Tenía un cartel afuera de la puerta, pero no recuerdo lo que decía. Entré sin golpear, y dentro de la casa había un bar oculto, de esos que son una especie de club social clandestino. El humo ocultaba todas las diversas imágenes que se podrían encontrar en esos antros.

Recuerdo haberme encontrado con un amigo, le dije que fuéramos a comprar algo para tomar. Luego de eso no recuerdo nada más, hasta que sentí un remezón en mi cuerpo, producto del frío de la madrugada tal vez.

Vi mi reloj, eran las 5 y tanto de la mañana y volvía en mí. Estaba con un profesor de mi Universidad caminando por la calle Condell, dirigiéndome a mi casa, conversando sobre la gente y la vida, sobre religión y moral, sobre un montón de cosas que te hacen pensar y que piensas sólo a esas horas de la mañana, las típicas “voladas”.

Llevaba una mochila en mi espalda, pesaba. Creí haberme olvidado de lo que tenía dentro, así que la abrí y me encontré con 3 botellas de cerveza Austral. Mientras, mi profesor decía: “de las otras botellas, unas se rompieron en tu cabeza, y otras las guardé en mi auto apenas salimos del local”. No le di mucha importancia.

Continuábamos caminando, seguíamos charlando, él contándome sus experiencias, yo mis ideales. Me dijo que no tenía donde quedarse, y le di albergue en mi casa, en mi pieza. “Yo duermo en el camarote de arriba y tu en el de abajo” le dije.

Mientras me acostaba, le pregunté “¿y como fue que llegamos a esto?”. Me responde un “no lo sé”. Pienso para mí: “que extraña esta situación. A ver, haré una prueba”. Recordé que en la tele la gente cuando quiere probar si está soñando o está despierto, se peñisca, cosa que hice y me dolió tanto que por ese dolor desperté.

-Lucius Jitha-
Octubre del 2009

PD: de a poco le he ido encontrando algunos significados a este sueño...

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